Para la mayoría de las personas, la Internet está completamente integrada en nuestra vida diaria. En los más de 30 años desde que estuvo disponible para el público en general, ha revolucionado las comunicaciones, la atención médica, la educación, las operaciones comerciales, el entretenimiento y mucho más.
Hoy en día, la Internet está tan profundamente arraigada en nuestras vidas y en nuestro trabajo que parece intangible. Pero hay un mundo físico oculto detrás de todas nuestras experiencias digitales: un mundo de cables de fibra óptica, enrutadores, conmutadores, firewalls, satélites, cables submarinos y, por supuesto, los centros de datos donde vive gran parte de la infraestructura tecnológica del mundo. Estos materiales, junto con los equipos de ingenieros que los mantienen en funcionamiento, hacen posible que los datos se muevan de un lugar a otro en un abrir y cerrar de ojos.
La Internet es fundamental para las tecnologías que sustentan nuestra vida diaria, incluida la computación en la nube, la Internet de las cosas (IoT) y la inteligencia artificial (IA). Fortalece la conexión humana e impulsa las economías del mundo. A medida que vemos que la IA se incorpora a más aspectos de nuestras vidas y nuestro trabajo todos los días, realmente vivimos en una era inteligente de avances tecnológicos, todo ello posible gracias a la Internet. Y la columna vertebral de toda esta innovación es la infraestructura tecnológica que lo conecta todo: una red de cables, túneles subterráneos y autopistas submarinas por donde viaja la información.
Para ayudar a dar vida a las fuerzas invisibles de esta era inteligente, Equinix se ha asociado con el diseñador de moda Maximilian Raynor en una creación única que da vida a la historia de Internet, un vestido hecho con materiales utilizados en el interior de un centro de datos.:

Figura 1: Una impresionante pieza hecha a partir de cables de centros de datos
El vestido representa la encarnación de Internet, una red compleja de material físico que ha facilitado algunos de los mayores logros humanos de nuestro tiempo.
Una pieza de ropa rara y única

Figura 2: Un vestido confeccionado con 3.600 metros de cables de fibra óptica
Maximilian Raynor y su equipo crearon la obra de arte utilizando cables de fibra óptica, arandelas de metal y tornillos.

Figura 3: Vista de la parte trasera del vestido
Con un peso de 25 kilos, la pieza tiene suficiente cable de red para cubrir la longitud de 72 piscinas olímpicas. Estos cables de red, junto con los centros de datos que los albergan, forman la columna vertebral de toda la conectividad global.

Figura 4: Se utilizaron cables de conexión del centro de datos para crear la pieza
Si bien los cables físicos no son lo que la mayoría de la gente imagina cuando piensa en Internet, son sin embargo una parte esencial de la infraestructura crítica que permite la conectividad digital.

Figura 5: Cableado dentro de un centro de datos
Conozca al diseñador: Maximilian Raynor

Figura 6: La pieza con el diseñador Maximilian Raynor
Con una estética que incluye tejidos experimentales y materiales poco convencionales, Maximilian Raynor fue el diseñador perfecto para la pieza. El diseñador y su equipo dedicaron 640 horas a trabajar en el proyecto.
Como diseñador, no necesitas tener acceso a los mejores materiales para crear algo hermoso. A menudo, los materiales más poco convencionales, combinados con un enfoque práctico, pueden lograr resultados realmente emocionantes.”—Maximilian Raynor
Escucha cómo los centros de datos de Equinix inspiraron al diseñador:
El proyecto fue realmente educativo, especialmente hoy, llegar al centro de datos y ver realmente la naturaleza tangible de Internet... Todos pensamos en la nube como algo que existe en el cielo que no es real, y vienes aquí [a Equinix] y se da cuenta de que existe una calidad material en todos nuestros teléfonos y en todo lo que hacemos en las computadoras.”—Maximilian Raynor
El papel crucial de los centros de datos en la era digital
Los centros de datos de todo el mundo albergan la infraestructura de TI esencial, incluidos equipos de red como los cables de fibra óptica utilizados en el diseño del vestido de Maximilian Raynor. Los centros de datos también son el lugar donde las empresas, los socios comerciales, las nubes, los proveedores de servicios de red y otras organizaciones se conectan, interactúan, intercambian datos y servicios.

Figura 7: Piso del centro de datos con bandeja para cables de red amarilla

Figura 8: El vestido dentro de un centro de datos de Equinix donde trabajan los empleados
La infraestructura física de la tecnología no es la única fuerza oculta detrás de nuestras vidas digitales. También está la talentosa fuerza laboral de ingenieros, arquitectos de redes, administradores de sistemas, técnicos y otros profesionales calificados que mantienen la tecnología en funcionamiento. Para saber más sobre las personas que hacen posible nuestro mundo digital, lea el artículo The Intelligent Age: Bridging the Visible and Invisible in a Tech-Driven World, donde exploramos tres corredores digitales clave que muestran a los trabajadores talentosos que impulsan la era de la inteligencia.
No hay mundo digital sin el material.
Sin centros de datos, sin infraestructura física y sin las personas que los hacen funcionar, no tendríamos Internet, ni inteligencia artificial, ni ninguna de las tecnologías de vanguardia que han transformado nuestro mundo. Los aspectos materiales de nuestro paisaje tecnológico posibilitan lo inmaterial: la red aparentemente mágica de información a nuestro alcance.
Con más de 260 centros de datos en todo el mundo, Equinix desempeña un papel fundamental en el alojamiento de la infraestructura tecnológica que impulsa nuestra conectividad.
Obtenga más información sobre Equinix: Quienes somos.

Figura 9: Un vestido que representa la personificación de Internet.
Fotos: Bircan Tulga